El radón se encuentra en los sótanos y otras partes de la vivienda. Sin embargo, los niveles de radón que se detectan en los sótanos suelen ser más altos que las concentraciones en otras habitaciones de las viviendas. Debido a que el radón procede del suelo, es más probable que las zonas que están directamente en contacto con el suelo presenten concentraciones altas de radón.
El radón es un gas radiactivo que resulta de la desintegración del radio que está presente de forma natural en el suelo. Al formarse, el radón sube de forma natural hasta entrar en contacto con el aire. Por tanto, puede penetrar fácilmente en el interior de las viviendas a través de grietas u otros defectos estructurales del edificio. En estas estancias, el nivel de radón puede ser muy elevado y, en ocasiones, puede alcanzar incluso varios miles de becquereles por metro cúbico de aire. Comprobar que los niveles de radón no superan el nivel de referencia (300 Bq m-3) es una etapa esencial para determinar el nivel de riesgo para la salud que presenta un edificio.
Sótanos y estancias subterráneas: las vías de entrada del radón por excelencia.
Los sótanos y las estancias subterráneas son las vías de entrada del radón por excelencia. En efecto, puesto que estas zonas de la vivienda no suelen estar correctamente aisladas, a menudo el hormigón o incluso simplemente la tierra batida constituyen la única barrera entre el suelo y el aire del interior. Una grieta aparentemente insignificante, la porosidad en el hormigón o una funda de cables mal aislada también favorecen la entrada de radón. Asimismo, la presión atmosférica en un sótano o una estancia subterránea también puede ser la causa del aumento de los niveles de radón. Esto es especialmente frecuente cuando se experimentan diferencias significativas entre la presión del aire del subsuelo y la presión exterior.
Afortunadamente, no es habitual pasar mucho tiempo en estas zonas de la vivienda. No obstante, a menudo las viviendas están directamente conectadas con el sótano (por ejemplo, no se dispone de una puerta). La ausencia de una separación contribuye al aumento de los niveles de radón en la vivienda. Del mismo modo, también es habitual que algunas de estas estancias se encuentren directamente en contacto con los cimientos. El radón se encuentra en los sótanos y también puede encontrarse en otras estancias. Pueden existir diversas vías de entrada que permiten la penetración del radón en las viviendas. Por tanto, contar con un sótano bien aislado con respecto al resto de estancias es una ventaja. De este modo, el sótano actuará como una especie de barrera que obstaculizará la subida del radón.
La medida de radón es la única forma de conocer los niveles en un edificio
– «Es difícil determinar con total certeza que la existencia de un sótano en la vivienda es la causa directa de los niveles de radón altos en las estancias principales. En definitiva, la única manera de comprobar si existe un riesgo para la salud sigue siendo realizar una medida de radón directamente en la vivienda», explica Karl Nilsson, director general de Radonova Laboratories.
¿Cómo se pueden reducir los niveles de radón?
Si una medida indica niveles de radón altos, se recomienda recurrir a los servicios de un profesional experto en radón para que identifique las fugas y proponga las soluciones más adecuadas para reducir los riesgos.
En la mayoría de los casos, simplemente tapar las grietas u otras vías de entrada del radón en los sótanos o cualquier otra estancia será una solución eficaz para reducir los niveles de radón por debajo del de referencia. No obstante, en ciertos casos, se requiere un acondicionamiento más significativo que, a menudo, conlleva la instalación de un sistema de ventilación o de extracción del aire. Cada vivienda es única, por lo que el caso se debe estudiar específicamente. Recordemos que el radón se encuentra en los sótanos y también en cualquier otra estancia.
«Gracias a la mejora de las técnicas y de los materiales de construcción, de ventilación y de aislamiento que se emplean hoy en día en la edificación de viviendas, ahora es posible limitar considerablemente la entrada del radón. Sin embargo, ya sea la vivienda nueva o antigua o con una zona de sótano o no, medir el radón es la única forma de evaluar si existe un riesgo real para la salud», concluye Karl Nilsson.
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