¿Hay un peligro del gas radón en las casas? La respuesta corta es sí.
Aunque el gas radón en sí no hace que la casa sea imposible de habitar, las concentraciones elevadas de radón en la casa pueden suponer un grave riesgo para la salud de sus habitantes.
Aunque la mayoría de las casas no tienen niveles de radón por encima de los límites establecidos en varios países, sigue habiendo un número preocupante de hogares que tienen niveles elevados de radón.
En la mayoría de los casos, éstos son sólo moderadamente altos, pero hay situaciones en las que los niveles de radón están muy por encima de los límites procesables.
«Es importante identificar los edificios donde hay un peligro del gas radón. Esto supone un peligro para la salud de sus habitantes.
Dado que el radón es un gas invisible e inodoro, no hay atajos para determinar el contenido de radón en una casa individual; la única respuesta fiable proviene de seguir los procedimientos de medición requeridos», comenta Karl Nilsson, director general de Radonova.
Valores elevados suponen un peligro del gas radón y requieren medidas
Para que una casa con valores elevados vuelva a ser segura, es necesario tomar medidas para reducir el contenido de radón.
Esto puede incluir el ajuste o la instalación de sistemas de ventilación, medidas de sellado para evitar la infiltración de radón y otros métodos de remediación/mitigación.
«Todas las casas con niveles elevados de radón deben ser tratadas, especialmente en los casos en los que el contenido de radón es alto.
Con un contenido elevado de radón, el peligro del gas radón para la salud de los habitantes es aún más alarmante, sobre todo con una exposición prolongada», prosigue Karl Nilsson.
En la mayoría de los casos puede ser fácil hacer frente a los niveles elevados de radón, y no se asocia necesariamente a que sea caro.
Sin embargo, hay ejemplos en los que ha resultado difícil reducir los niveles de radón por debajo de los límites actuales.
Peligro del gas radón: la radiación alfa
El radón es un gas noble cuyo isótopo radiactivo Rn-222 se conoce comúnmente como radón.
Debido a las propiedades radiactivas del Rn-222, emite radiación alfa durante su desintegración radiactiva.
La radiación alfa es una radiación ionizante que puede afectar al ADN de nuestras células. Otros tipos de radiación ionizante son la beta y la gamma.
Sin embargo, las partículas alfa tienen una masa atómica elevada, lo que significa que pueden emitir mucha más energía por unidad de longitud.
Esta liberación de energía es significativamente mayor que la de la radiación beta o gamma. Por lo tanto, el daño que la radiación alfa causa a nuestro ADN es mucho mayor.
El cáncer de pulmón es el peligro del gas radón
El radón es un gas noble. Esto significa que no puede formar compuestos químicos con otros elementos. Entonces, ¿dónde está el peligro del gas radón?
La respuesta está en lo que se denomina «descendientes del radón».
No son gases, sino radioisótopos que pueden adherirse a los tejidos respiratorios de los pulmones.
Algunas de los descendientes del radón (Po-218 y Po-214) emiten radiación alfa con altas energías que pueden dañar el tejido pulmonar.
Una de las organizaciones que ha clasificado el radón como cancerígeno es la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
Motivos para medir el radón
En todo el mundo, unas 230000 personas padecen cáncer de pulmón causado por el radón (en España, unas 1500), y sin embargo se conocen relativamente poco los riesgos para la salud asociados a la exposición a largo plazo a niveles elevados de radón.
En España, desde 2022 está en vigor el RD 1029/2022 que regula la exposición a radón en centros de trabajo. Puedes encontrar más información en este enlace.
En enero de 2024 se aprobó en España el plan nacional contra el radón.
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No olvides que la única manera de conocer tu nivel de radón es mediante una medida.
Y recuerda usar siempre un servicio de medida de radón acreditado ISO 17025.
